TEMA NUEVO 2014


web stats

sábado, 8 de septiembre de 2018

Apuntes para contrarrestar la esclavitud en el siglo XXI.



Nuevamente leyendo las realidades ocurridas en cuanto al tema de discriminación y esclavitud desde todo punto de vista repudiable porque así nos lo conmina nuestro orden legal, recurrimos a nuestro patrimonio y legado mirando al pasado de la época de la Colonia; para tal fin seleccionamos fragmentos del libro Caracas Física y Espiritual de Aquiles Nazoa (1920-1976), tercera edición editorial Panapo, 1987, quien en el tema Esclavos y otras cosas escribe:

“…Nunca fueron demasiado numerosas las esclavitudes introducidas en el valle de Caracas en los primeros tiempos de la ciudad, pues los pobladores en su mayoría eran pobres y los esclavos caros. Un esclavo de buena calidad costaba alrededor de dos mil reales, más un peso de oro fino de impuesto por introducirlo, lo que en conjunto resultaba una suma casi prohibitiva para un hacendado de mediana posición. De tales precios viene la costumbre caraqueña que una cosa vale un negro con su cachimbo, para expresar que es demasiado costosa. Alguno que otro negro, sin embargo, lograba rescatar su libertad por el procedimiento de comprarse a sí mismo; esto es restituyéndole al amo la suma que este había pagado por él. Más la tal libertad no les significaba socialmente mucho porque como apunta  el abogado barquisimetano, escritor, historiador y político (Presidente Provisional de Venezuela entre el 5 de agosto de 1913 y el 19 de abril de 1914) José Gil Fortoul (1861-1943),  “el color era una marca perenne de inferioridad”. “libres o esclavas a ninguna mujer negra o mulata se le permitía usar prendas de oro, ni perlas, ni vestir de seda, ni tampoco llevar manto de burato o de otra tela, “salvo mantellinas que lleguen poco más debajo de la cintura” y sólo si estaba casada con español le estaba permitido usar limitadamente unos zarcillos de oro con perlas, una gargantilla y en la saya un ribete de terciopelo, exponiéndose si se pasaba de estos lujos admitidos, a la pena de que “ se le quiten y pierdan las joyas de oro, vestidos de seda y mantos que trajeren” además de estas restricciones, a hombres y mujeres de color, por libres que fuesen se les prohibía casarse con quien no fuera de su misma raza, usar armas y andar de noche por la calle. Llevando esta legislación arbitraria al colmo del abuso, el gobernador Sancho de Alquiza (1567-1619) les impuso en 1610 a hembras y varones, la obligación de pagar un impuesto anual por el solo hecho de ser negro o mulatos.
Del tratamiento despectivo que se daba a los negros,  a los mulatos y a los pardos- los cuales llegaron a constituir la mayoría de la población- viene la familiar costumbre caraqueña del tuteo. El tratamiento respetuoso de Don antepuesto al nombre era un privilegio exclusivo los españoles, y aunque a fines de la colonia se les concedió a los criollos el derecho a su uso, estos para poder disfrutar de él, tenían que comprarlo, únicamente los blancos de probada pureza de sangre podían militar en la Guardia real, mientras que, las gentes de color o mezcladas solo podían ingresar en el cuerpo policial llamado las milicias y esto sin opción a obtener una graduación mayor que la de Capitán..”

Para propiciar la lectura de los tiempos de la Colonia  podemos afirmar que son tiempos pasados retratados y evidentes, que como en la opinión de José Gil Fortoul las ideas preceden a los hechos y los determinan. Que un ideal cuando noble es lo único que transforma en cada época al hombre y a los pueblos, que el ideal en definitiva, es la verdadera encarnación del destino….”(1930). 
 La abolición de la esclavitud ya fue obtenida en este suelo y toda forma de  discriminación tiene que ser  repudiada y castigada como realidad imperecedera ya declarada en nuestro orden legal; este tema o recomendación es el que  aborda Salcedo Bastardo en el capítulo de Historia y Porvenir del libro Historia fundamental de Venezuela dándole importancia a lo nuestro:
 “ …Venezuela tiene en su historia un caudal  de energías positivas prácticamente  inexplorado, precioso para su fortaleza; en su memoria puede hallar cuanto requiera para cimentar la posición más conforme a su deber y su interés. Igual que para los individuos, para las comunidades es transcendental conocerse a sí mismas. No solamente es provechoso lo positivo, que ofrece un modelo confiable y una guía probada en la lucha contra las dificultades, sino también los yerros, las caídas y las experiencias negativas que, por contraste, se tornan aleccionadoras y beneficiosos. El venezolano en ninguna etapa de su vida ha percibido integra y realmente su pasado. Al venezolano nunca le ha sido dable verse entero en el recuerdo de los siglos….”


De forma conclusiva:  Recordar que propiciar la lectura de realidades pasadas para desde la memoria  mantenerse en la conciencia del tiempo presente es una forma  de seguir afianzando nuestra identidad futura teniendo en consideración siempre que “hay cosas que por sabidas se callan y por calladas se olvidan”.  

César Alejandro Ramos Ochoa
2018
Bibliotecario

No hay comentarios: