El General en Jefe José Félix Ribas Comandante de escolares.
El 12 de febrero de cada año, la
procera ciudad de la victoria se engalana para conmemorar aquel hecho de armas
acaecido en 1814, en momentos cuando Venezuela se estremecía bajo el furor de una
lucha sangrienta. Los actos se llevan a cabo con solemnidad porque todos los
que en ellos participan conocen la trascendencia de la jornada mediante la cual
el entonces general de división José Félix Ribas puso a prueba su gran pericia
de guerrero, y demostró cuán importante es la habilidad para el sabio
aprovechamiento del esfuerzo del pueblo, fuente de todos los suministros básicos
y de los hombres que al conjuro de la disciplina y del adiestramiento militar,
han de formarse combatientes.
Recordamos el 12 de febrero todas
las incidencias de la Batalla de la Victoria: la excelente defensa organizada
por Ribas; sus arengas a la tropa; las nueve cargas de caballería enemigas
deshechas frente a las barricadas
republicanas; y el poderoso contrataque de los patriotas para aniquilar a los
que pretendían arrollarlos. No olvidamos los actos de bravura de todos los
defensores ni mucho menos la sangre vertida en tan singular refriega; pero son
los escolares los que nos conmueven y excitan el entusiasmo general; la valiosa
actuación de aquellos improvisados combatientes que días antes habían abandonado
la serenidad de los claustros del Seminario y de la Universidad de Caracas para
sentar plaza en las filas del héroe de Niquitao.
En esta fecha se honra a toda la
juventud venezolana, porque la batalla de la Victoria es la acción más
representativa del valor, decisión y patriotismo de los estudiantes durante la
gesta magna; ellos constituían en ese momento una valiosa reserva, el vivero de
los futuros sacerdotes, intelectuales, tribunos y científicos de una patria
que, por razones de las circunstancias, debían de forjarse en los campos de
batalla y no en las aulas.
P. 139, 140
Fragmento tomado de la obra titulada “El General
en Jefe José Félix Ribas por Héctor Bencomo Barrios” (1978) con la intención de estimular y
promocionar la lectura en los jóvenes militares y el pueblo de infinita juventud para que
por sí mismos forjen su cultura de la lectura y fomenten este habito de conocer la historia como
el mejor legado para las nuevas generaciones. esta obra forma parte de la Sección de biografías de la Biblioteca Doña Manuela Sáenz adscrita a la División de Investigaciones Históricas del Ejercito Bolivariano.
*Reseña de la obra antes de ser editada.
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