El 6 de junio de 1958, poco tiempo después de la caída del Gobierno
de el General Marcos Pérez Jiménez, murió en Caracas, el abogado,
historiador, periodista, político y diplomático trujillano, Mario
Briceño Iragorry. Autor de las obras: El Caballo de Ledesma (1951),
Lecturas Venezolanas, Tapices de Historia Patria y Mensaje sin
Destino (1951) entre otros. Individuo de Número de las Academias de
la Historia y de la Lengua. Director del Archivo General de la Nación
(1942-43), entre otros cargos relevantes.
Para propiciar la revisión de sus trabajos tenemos que en su ensayo
Mensaje sin Destino (1951), analiza el escenario en que se desenvolvía el
país durante esa época; planteando lo que él llamó “crisis de
pueblo”, donde con un pensamiento patriótico, manifiesta que esta
“crisis de pueblo”, es producida por la falta de sentido
histórico del pueblo venezolano; la cual empieza por constatar la
quiebra de nuestra cultura y señala que nos aqueja en demasía la
presunción y por ello encuentra que somos una nación antihistórica,
que nos hemos acostumbrado a tener una historia preferentemente
bélica, repleta de la “liturgia de la efemérides”. Y el país,
Venezuela es en la actualidad privilegio de una clase: de un estrato,
preferentemente de origen foráneo; una auténtica crápula
financiera usuraria especulativa, carente del más mínimo espíritu
de lo nacional venezolano. Además de aclarar y llevarnos a la
inferencia de por que el “pan de aguante” hasta hoy nos lo han
hecho aparecer como imprescindible gracias a la publicidad y el fan
de riqueza imponiendo además el trigo como un buen negocio. (Esta información nos lleva a trascender las efemérides más allá del
dato para aprovechar las lecciones aprendidas aun y cuando las ignoremos.)
Este ensayo que data de 1951 y que además refleja la situación por
la que había pasado el país, los golpes de estados contra Isaías
Medina Angarita (1945) y luego contra Rómulo Gallegos (1948); por lo
escrito se infiere que a la luz de la sociedad de los años cincuenta
la Junta de Gobierno que asumió el poder luego del golpe contra
Gallegos no era lo que el país necesitaba; antes de continuar
resaltando episodios de la vida de Briceño Iragorry debemos acotar
que era militante del partido Unión Republicana Democrática (URD)y
no de Acción Democrática (AD) como se ha hecho ver en cierta historiografía publicada.
Este estudiado y muy citado personaje por sus escritos y su nivel de
crítica fue objeto de dura animadversión política una de estas la de
vincularlo con opiniones racistas, cabe destacar que en el año 2005
se hizo una quema programada de parte de su extensa Biblioteca
personal.
Su desempeño académico como hombre de letras, lo va a llevar a ser
egresado de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes
(ULA); antes de esta etapa en el mundo de las leyes, en 1912, se
inscribió en la Academia Militar y curso dos años de carrera donde
conoció al futuro Presidente de Venezuela, Medina Angarita,
convirtiéndose en su amigo y aceptando cargos políticos durante su
gobierno (1941-45).
Para concluir esta breve semblanza y despertar la revisión, estudio y
análisis de su prolífica labor en todo el que quiera ser venezolano
es digno de mención el ensayo Alegría de la Tierra (1952), de
lectura obligada porque aquí señala un dato importante, pertinente
con la realidad económica en la cual estamos inmersos producto de
una declarada Guerra Económica, parafraseándolo para indicar mejor
el punto “sin la yuca, el casabe y el ganado no hubiese sido
posible la independencia de Venezuela”; por lo que hoy, si no
apoyamos la idea de la siembra sea urbana y los beneficios de la
explotacion ganadera, jamás disfrutaremos de las bondades de la
yuca, ni de una Independencia agroalimentaria o inventamos o erramos
pero ignorar un antecedente histórico ante una crisis es como
tener un ojo cerrado y uno abierto sin la posibilidad de expandir un
tercero para el porvenir.
Caro