Todo hombre forma parte de un conglomerado social y bajo la labor de su oficio se va transformando y conociendo su arte, que tarde o temprano la transforma en ciencia y como toda ciencia puede se un arma, para hacer el bien a la humanidad o un gran daño a la civilización; este entrada va destinada a compartir datos biográficos de aquellos hombres y mujeres que en el transcurso de su trayectoria de vida han sido bibliotecarios; quisiera tenerlos inventariados a todos, pero por ahora sólo conseguí en esta noche de viernes, después de haber cumplido mi rol de estudiante, algunos de los bibliotecarios más célebres de vida nacional y mundial, prometo profundizar sus vidas a futuro porque ser parte de un gremio y desconocer a sus forjadores, sería como vivir de un falso orgullo en una ignorancia eterna. Además dedico este post a esos hombres y mujeres que de manera silente, hacen su trabajo en condiciones de sacrificio sólo por la pasión a los libros y documentos.
Comencemos por la etimología de la palabra Bibliotecario, que la Real Academia Española de la Lengua define como la “Persona que tiene a su cargo el cuidado, ordenación y servicio de una biblioteca (antiguamente conocidas como librerías)”; el bibliotecario es un profesional de la biblioteca o Centro de Investigación, que desarrolla procedimientos para organizar la información y ofrecer servicios para ayudar e instruir a las personas de una forma más eficiente para identificar y acceder a la información que requieran, en sus diversos formatos (libro, revista, artículo, disco compacto o cd, entre otros). Su misión se ha transformado con el tiempo, dejando a un lado el ser custodio de las colecciones de libros para convertirse en el mejor apoyo que tiene el usuario que necesita alguna información para su trabajo investigativo.
Tiene tareas muy específicas, que podemos resumir en catalogación y clasificación de libros, adquisición de nuevos materiales, descartar material obsoleto, implementación de políticas o normas de funcionamiento y suscripción a revistas impresas o electrónicas de investigación.
Los más célebres políticos y escritores venezolanos han sido bibliotecarios, entre los que destacan:
Comencemos por la etimología de la palabra Bibliotecario, que la Real Academia Española de la Lengua define como la “Persona que tiene a su cargo el cuidado, ordenación y servicio de una biblioteca (antiguamente conocidas como librerías)”; el bibliotecario es un profesional de la biblioteca o Centro de Investigación, que desarrolla procedimientos para organizar la información y ofrecer servicios para ayudar e instruir a las personas de una forma más eficiente para identificar y acceder a la información que requieran, en sus diversos formatos (libro, revista, artículo, disco compacto o cd, entre otros). Su misión se ha transformado con el tiempo, dejando a un lado el ser custodio de las colecciones de libros para convertirse en el mejor apoyo que tiene el usuario que necesita alguna información para su trabajo investigativo.
Tiene tareas muy específicas, que podemos resumir en catalogación y clasificación de libros, adquisición de nuevos materiales, descartar material obsoleto, implementación de políticas o normas de funcionamiento y suscripción a revistas impresas o electrónicas de investigación.
Los más célebres políticos y escritores venezolanos han sido bibliotecarios, entre los que destacan:
Eduardo Blanco (1838 - 1912). Militar, escritor y político caraqueño. En su juventud fue Edecán de José Antonio Páez, el Centauro de los Llanos y tres veces Presidente de Venezuela. Blanco es el autor de la novela histórica más leída y divulgada por su gran contenido épico-patriota, Venezuela Heroica (1881) y Zárate (1882),entre otras.
Felipe Tejera (1846- 1924). Escritor, crítico literario, biógrafo, ensayista y poeta caraqueño. Autor de Triunfar con la Patria, Manual de Historia de Venezuela para el uso de las escuelas y colegios (1895), Hombres célebres de Venezuela en las letras, ciencias y artes (1881) y la Boliviada (1883) poema épico de 12 cantos, por así resaltar parte de su prolífica obra intelectual.
Pedro Emilio Coll (1872 – 1947). Periodista, escritor y ensayista caraqueño. Fue uno de los fundadores de la Revista Cosmópolis (1894 – 1895); para 1915, en su estadía en París (Francia) se vinculó con Vladimir Lenin. Autor de: El diente roto (1890) y el Castillo de Elsinor (1890) y muchas otras obras. Amigo personal de Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós, Ramón María del Valle Inclán. En 1941 fue designado Bibliotecario de la Academia Nacional de la Historia, cargo que ocupó hasta su partida física.
Eloy Guillermo González (1873 – 1950). Escritor, ingeniero, periodista, docente, historiador y político cojedeño. Fue Secretario General de la Presidencia (1899), docente en la Universidad Central de Venezuela desde 1905; autor de Historia de Venezuela, en tres tomos. Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia (1909).
Vicente Dávila (1874 – 1949). Historiador, Dr. En Ciencias Médicas (1905), Director del Archivo Nacional. Su biblioteca personal fue saqueada e incendiada a raíz de los sucesos del 18 de octubre de 1945, cuando derrocaron al Presidente Isaías Medina Angarita. Autor de: Próceres merideños (1918), Próceres trujillanos (1921), entre otros.
Santiago Key Ayala (1874 – 1959). Ensayista e historiador caraqueño. Funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ingresó a la Academia Nacional de la Historia en 1916. Autor de: Vida ejemplar de Simón Bolívar (1942), por reseñar una de sus tantos productos intelectuales.
Mario Briceño Perozo (1917 – 1995). Abogado y docente trujillano. Dictó en la universidad la cátedra de Archivos históricos en las escuelas de Archivología y Bibliotecología en la Universidad Central de Venezuela.
Ermila Troconis de Veracoechea (1924 - ). Dra. En Historia de la Universidad Central de Venezuela y docente nacida en Suiza. Pionera en el papel de la mujer en la historia venezolana, del estudio de la iglesia colonial, las cárceles y las instituciones públicas. Bibliotecaria y Archivista de la Academia Nacional de la Historia (1991 – 1999). Algunas de sus obras son: Las Obras Pías en la Iglesia Colonial Venezolana (1971); Indias, esclavas, mantuanas y primeras damas (1990).
Hasta aquí los que he conseguido en mi patria; pero los más reconocidos a nivel mundial, que pude rastrear y que ocuparon parte de su existencia desarrollándose como bibliotecarios fueron:
Benjamin Franklin (1706-1790). Estadista norteamericano, científico, inventor, filósofo, músico, periodista, impresor y bibliotecario.
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832). Novelista, dramaturgo, poeta, humanista, científico, filósofo, bibliotecario y ministro alemán. Autor de Faust: der Tragödie erster Teil (Fausto: Primera parte de la tragedia) y Faust: der Tragödie zweiter Teil, (segunda parte), publicadas entre 1806 - 1808. Considerada como una de las mejores obras literarias universales.
Nadezhda Krupskaya (1869-1939). Esposa del revolucionario Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. Comunista rusa. que propulsó la creación del sistema educativo soviético y pionera del desarrollo de las bibliotecas rusas.
Mao Zedong, Mao Tse-Tung (1893-1976). Máximo dirigente del Partido Comunista de China (PCCh). El que planteó que la clase campesina fuese el motor de la revolución. Marxista-Leninista, con los matices propios de su sociedad. Hizo labor de bibliotecario ayudante en la Universidad de Pekín.
Jorge Luis Borges (1899-1986). Escritor argentino. Autor de cuentos, poesía y ensayos. Entre sus intereses intelectuales hallamos la mitología, la teología, la matemática y la filosofía. Autor de la frase de hidalgía “uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe”.
Stephen King (1947- ). Escritor estadounidense. Autor de novelas de género fantástico, en especial de terror. Sus novelas han sido llevadas al cine, entre ellas destacan: Carrie (1974), Cujo (1981), Revival (Renacimiento) (2014): relato sobre un joven descarriado y un reverendo renegado de su fe que se vuelven a encontrar después de cincuenta años para sellar un pacto que "ni el diablo podría imaginar”. Este renombrado bibliotecario trabajó en la Biblioteca de la Universidad de Maine, en 1969 y aún ejercita el arte civilizatorio en sus novelas.
Hilda Guevara (1956-1995). La hija mayor de Ernesto "Ché" Guevara. Fue bibliotecaria de la Casa de las Américas en La Habana (Cuba). Quien de la pluma de su padre recibió el mensaje: "Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario".
El bibliotecario, es el conocedor de grandes obras literarias, organizador, clasificador de las mismas y custodio de ese mundo llamado Biblioteca, que el Libertador argentino José de San Martín, por reseñar una anécdota relacionada con ese recinto de potencial cultural, en ocasión de haber triunfado en la Batalla de Chacabuco, la capital Nacional del maíz, el 12 de febrero de 1817, destinó los 10.000 pesos que el Cabildo de Santiago de Chile le había entregado por la victoria, para la creación de una Biblioteca en esa ciudad, afirmando que “La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos”.
César A. Ramos ..
Bibliotecario
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