Nuevamente leyendo las realidades ocurridas en
cuanto al tema de discriminación y esclavitud desde todo punto de vista repudiable
porque así nos lo conmina nuestro orden legal, recurrimos a nuestro patrimonio y
legado mirando al pasado de la época de la Colonia; para tal fin seleccionamos
fragmentos del libro Caracas Física y Espiritual de Aquiles Nazoa (1920-1976), tercera
edición editorial Panapo, 1987, quien en el tema Esclavos y otras cosas escribe:
“…Nunca fueron demasiado numerosas las esclavitudes
introducidas en el valle de Caracas en los primeros tiempos de la ciudad, pues
los pobladores en su mayoría eran pobres y los esclavos caros. Un esclavo de
buena calidad costaba alrededor de dos mil reales, más un peso de oro fino de
impuesto por introducirlo, lo que en conjunto resultaba una suma casi
prohibitiva para un hacendado de mediana posición. De tales precios viene la
costumbre caraqueña que una cosa vale un
negro con su cachimbo, para expresar que es demasiado costosa. Alguno que
otro negro, sin embargo, lograba rescatar su libertad por el procedimiento de
comprarse a sí mismo; esto es restituyéndole al amo la suma que este había
pagado por él. Más la tal libertad no les significaba socialmente mucho porque
como apunta el abogado barquisimetano, escritor, historiador y político (Presidente Provisional de Venezuela entre el 5 de agosto de 1913 y el 19 de abril de 1914) José Gil Fortoul (1861-1943), “el color era una marca perenne de inferioridad”.
“libres o esclavas a ninguna mujer negra o mulata se le permitía usar prendas
de oro, ni perlas, ni vestir de seda, ni tampoco llevar manto de burato o de
otra tela, “salvo mantellinas que lleguen poco más debajo de la cintura” y sólo
si estaba casada con español le estaba permitido usar limitadamente unos zarcillos de oro con perlas, una gargantilla y en la saya un ribete de
terciopelo, exponiéndose si se pasaba de estos lujos admitidos, a la pena de
que “ se le quiten y pierdan las joyas de oro, vestidos de seda y mantos que
trajeren” además de estas restricciones, a hombres y mujeres de color, por libres
que fuesen se les prohibía casarse con quien no fuera de su misma raza, usar
armas y andar de noche por la calle. Llevando esta legislación arbitraria al
colmo del abuso, el gobernador Sancho de Alquiza (1567-1619) les impuso en 1610 a hembras y
varones, la obligación de pagar un impuesto anual por el solo hecho de ser
negro o mulatos.
Del tratamiento despectivo que se daba a los
negros, a los mulatos y a los pardos-
los cuales llegaron a constituir la mayoría de la población- viene la familiar
costumbre caraqueña del tuteo. El tratamiento respetuoso de Don antepuesto al
nombre era un privilegio exclusivo los españoles, y aunque a fines de
la colonia se les concedió a los criollos el derecho a su uso, estos para poder
disfrutar de él, tenían que comprarlo, únicamente los blancos de probada pureza
de sangre podían militar en la Guardia real, mientras que, las gentes de color
o mezcladas solo podían ingresar en el cuerpo policial llamado las milicias y
esto sin opción a obtener una graduación mayor que la de Capitán..”
Para propiciar la lectura de los tiempos de la
Colonia podemos afirmar que son tiempos
pasados retratados y evidentes, que como en la opinión de José Gil Fortoul “…las ideas preceden a los hechos y
los determinan. Que un ideal cuando noble es lo único que transforma en cada
época al hombre y a los pueblos, que el ideal en definitiva, es la verdadera
encarnación del destino….”(1930).
La abolición de la esclavitud ya fue obtenida en este suelo y toda forma de discriminación tiene que ser repudiada y castigada como realidad imperecedera ya declarada en nuestro orden legal; este tema o recomendación es el que aborda Salcedo Bastardo en el capítulo de Historia y Porvenir del libro Historia fundamental de Venezuela dándole importancia a lo nuestro:
La abolición de la esclavitud ya fue obtenida en este suelo y toda forma de discriminación tiene que ser repudiada y castigada como realidad imperecedera ya declarada en nuestro orden legal; este tema o recomendación es el que aborda Salcedo Bastardo en el capítulo de Historia y Porvenir del libro Historia fundamental de Venezuela dándole importancia a lo nuestro:
“ …Venezuela
tiene en su historia un caudal de
energías positivas prácticamente
inexplorado, precioso para su fortaleza; en su memoria puede hallar
cuanto requiera para cimentar la posición más conforme a su deber y su interés.
Igual que para los individuos, para las
comunidades es transcendental conocerse a sí mismas. No solamente es
provechoso lo positivo, que ofrece un modelo confiable y una guía probada en la
lucha contra las dificultades, sino también los yerros, las caídas y las
experiencias negativas que, por contraste, se tornan aleccionadoras y
beneficiosos. El venezolano en ninguna etapa de su vida ha percibido integra y
realmente su pasado. Al venezolano nunca le ha sido dable verse entero en el
recuerdo de los siglos….”
De forma conclusiva: Recordar que propiciar la lectura de
realidades pasadas para desde la memoria
mantenerse en la conciencia del tiempo presente es una forma de seguir afianzando nuestra identidad futura
teniendo en consideración siempre que “hay cosas que por sabidas se callan y por
calladas se olvidan”.
César Alejandro Ramos Ochoa
2018
Bibliotecario
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