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jueves, 20 de julio de 2017

José Tomas Boves, (la guerra a muerte a los blancos- Apuntes).

A los fines de inducir a la lectura de campaña y combinarlo con la recuperación de información, acerca del tema, los cruentos días por la guerra de independencia, seleccionamos este artículo del diario el Universal, de Julio Febres Cordero, de fecha 22 de enero de 1975, que por razones de deterioro del papel se transcribe para preservar la información de un tópico álgido que incluso hasta hoy hace leer realidades que no deben volver jamás y que nos han convertido en un pueblo de paz. La posición histórica de Julio Febres Cordero para con los tiempos de Guerra a Muerte, coloca a José Tomas Boves, ante la historia como “el hombre de la guerra muerte a los blancos”. El hombre es lo que él hace, la historia no perdona. Sigamos leyendo y teniendo conciencia.



Boves 
 Julio Febres Cordero.
El Universal, 22 de enero de 1975

Es su manía de lanzar calumnias contra los dirigentes civiles y militares del liberalismo y la federación, inventó Juan Vicente González. En la biografía de José Félix Ribas. La tesis falaz de considerar a José Tomas Boves “el primer jefe de la democracia venezolana” como infinidad de frases que han corrido con fortuna por falta de reflexión, esta ha sido aceptada por historiadores, sociólogos o políticos de nombradía.
En los últimos años no han faltado criollos que se dedicasen a reivindicar al contrabandista asturiano procurando, incluso, justificar su traición a la causa de la independencia, Boves el invencible, fue demócrata porque acaudillo las montoneras llaneras contra el mantuano patriota: repartió las tierras de los mantuanos patriotas, quiso  exterminar a los mantuanos patriotas. Y una novela donde se coloca al contrabandista y bandido con él con el sustantivo que sirve para designar una gallinácea, lo presenta candidato a la capitanía general y proclive a la generosidad y al perdón para con sus enemigos por el amor a una dama ¡Ni el general Bermúdez de Castro fue tan lejos en sus empeños reivindicativos!
Todo cuanto se conciba por estos caminos son pasos malos que concluyen en malos pasos. Esas interpretaciones de Boves obedecen a motivaciones bien definidas. Creen que falseando la historia en tal forma se afirman las vinculaciones con la península, aspiran rectificar una historia escrita  bajo la pasión antiespañola que forjaron los padres de la patria. Pretenden escribir historias a lo Dumas o Walter Scott. O imaginan que están elaborando tesis históricas de carácter democrático en unos casos, en otros antidemocráticas o antimarxistas. Stalin para justificar su sistema, busco a través de la historia y el cinematógrafo rehacer la rusa [sic] al revestir a Ivan  IV el terrible, sobrino de Ivan III, el terrible también con las características fundamentales de un dirigente democrático. En los últimos años no han faltado autores rusos que llevasen al teatro a un irresponsable Zar Fedor, muñeco de las ambiciones de su cuñado Boris Gudonov, pintándolo como un príncipe angustiado por la miseria de sus súbditos y su falta de libertad. Reivindicar a Boves es hacerle el juego a las fuerzas antipopulares.
Anzoátegui ya en el año 1812 y Bolívar mediado en 13 habían previsto la terrible insurrección antivenezolana de que sería teatro el llano. La cual sería aprovechada por Boves en virtud de ciertas condiciones carismáticas que poseía, Pero la Invencibilidad de Boves es un mito, porque lo derrotaron en el llano de Barcelona en 1812;  Campo ElÍas aniquiló su ejército en la sabana de Mosquitero en 1813; Mariño le derrotó en Bocachica; Ribas le venció en la Victoria; Bolívar le hizo frente victoriosamente durante casi un mes en el campo fortificado de San Mateo y luego del desastre de la Puerta; con más o menos fortuna pudo conducir una numerosa migración (casi 20.000 personas, de Caracas hasta Barcelona y Cumaná).
Acaudillar montoneras no revela ninguna concepción democrática. El cura Merino y Zumalacárregui caudillos populares españoles fueron ultramontanos y precursores de los requetés. Los ustachis guerrilleros yugoslavos antihitleristas eran reaccionarios y antimarxistas. Las metódicas investigaciones del Doctor Germán Carrera Damas demostraron que Boves no fue ni pudo ser un dirigente agrarista. Que no cabía en su alma la generosidad lo demostraron las matanzas llevadas a cabo en el Guárico, en los Valles de Aragua, después de la capitulación de Valencia; en Caracas  a raíz de La Puerta; en Aragua de Barcelona y en Cumaná después de la batalla de El Salado. Su ejército estaba formado por mestizos, zambos, o mulatos llaneros; pero los jefes de sus cuerpos eran exclusivamente españoles peninsulares o isleños. Los criollos no pasaron de capitanes como el famoso Facundo Mirabal. Y esos mismos llaneros más tarde encuadrados en los ejército nacionales llegaron a ser jefes de renombre, como los Infantes, Juan José Rondón, Pedro Camejo, Aramendi.

Finalmente, no es ni puede ser un caudillo democrático el defensor del sistema absolutista de Fernando VII, del colonialismo y de la discriminación racista. Cualquier intento de  reivindicación de Boves es tarea antidemocrática, antinacional, antivenezolana.


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