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viernes, 23 de junio de 2017

LOS DERECHOS HUMANOS Y LO EXCEPCIONAL DE LEER. APUNTES


Del venezolano José Vicente de Abreu Rincones, apureño nacido el 20 de junio de 1927, y fallecido el 25 de abril de 1987 a sus 59 años de vida; y con el objetivo de propiciar la lectura histórica para continuar conociendo realidades circundantes, que no sólo están en los libros, sino que como colectivo, ya llevamos marcas en nuestro espíritu nacional, con aprendizajes claros para que no exista desmemoria ante épocas tan cruentas, es menester seguir dándole a conocer a los jóvenes que esto sucedió y hay libros que llevan el valor de documento excepcional, y por muy duro que sean, no debemos olvidarlos, no sea que los enemigos de la patria quieran hacer regresar tiempos como aquellos.
Publicada como quinta edición en 1972 (la primera data de julio de 1964) por la Editorial Monte Ávila en Caracas – Venezuela, con ilustración de Mariano Díaz y con formato de Bolsillo, de la serie Biblioteca Popular El Dorado, la cual contiene en la contraportada o portadilla la frase: “De la primera edición de este libro se hizo un solo ejemplar numerado destinado al General (R) Marcos Pérez Jiménez”, el autor, Abreu desde la contraportada de la Obra Se llamaba S.N. (Seguridad Nacional) nos adentra en este contenido así: “...Es un libro escrito por la necesidad misma de contar la experiencia directa de un hombre en esa Venezuela oculta que se movía bajo la piel de Venezuela oficialmente feliz y próspera…” 
 
Los libros siempre en cualquier circunstancia llaman la atención y para afirmar esta idea e incentivar la lectura tómamos los fragmentos siguientes:
La madre era una mujer joven. De tarde sacaba las niñas hasta la esquina y volvía a la media a la media hora. Economizaba hasta el último centavo. Ahora veía con horror los destrozos. Las cortinas en el suelo, la pequeña biblioteca de “Selecciones”, una copa de un torneo de dominó, las cuatro cosas que reúnen las gentes con el tiempo. Matute miraba extrañamente a los libros. No los rompía. Mucho interés le causo un libro de estampas exclusivamente infantil. Lo hojeaba -fuerte las páginas- con su índice untado en saliva. Miro a las niñas de reojo y lo guardó en su carpeta. Muy pocos libros quedaron. Entre los que seleccionaron para llevarse alcance a ver las ediciones cubanas de las obras Completas de Bolívar y Martí, varias de Rómulo Gallegos y otras. Todas de fina encuadernación.
Después de leer el papel mimeografiado y dejar constancia escrita que “la visita domiciliaria” se había llevado a cabo con el debido respeto a la dignidad de las personas, el padre lo firmó.
Matute sonrió:
Conforme a los derechos humanos ¿no es así?
Esto es lo que en la página 28 narra cómo los libros son tomados como objetos de evidencia en un allanamiento realizado por la policía de la época llamada Seguridad Nacional, pero no sólo eso y en el fragmento siguiente, de la página 29 como hacían con un cuadro o una imagen y cuál era la concepción de por qué lo hacían y en el último apartamiento “…las paredes casi vacías: un crucifijo y tres litografías Bolívar, Sucre y Víctor Hugo. Familia Oriental decía ser familia de Sucre.
Más adelante el jefe de Policía preguntaba:
-¿Encontraron algo? - interrogaba Matute.
Movimos todo… aquí no hay nada…ni muebles - luego al oído: Aquí lo que hay es hambre…
-Nada ¿y esto? - señalaba con el índice el retrato de Sucre en la pared. Las mujeres miraron asustadas Sucre era un pariente lejano según la más vieja.
-Ese el de las patillas - repitió Matute - ¿ No saben qué es Ezequiel Zamora, el único general venezolano que se metió a comunista?
La vieja se revolvió en el sillón y se persignó asustada.
- ¡Ese también, descuélguelo! Es un escritor ruso muy peligroso - gruñó indicando el retrato de Víctor Hugo.
La más joven quería decir algo. Prefirió sonreír mientras se persignaba. ¿Ruso? ¿Comunista? Y pensar que estaban al lado de Cristo y Bolívar.
Estos fragmentos, de diálogos de la página 29 y 30, me han hecho salir de lo ordinario por la razón suficiente, este libro es considerado un documento de valor excepcional y como tal su contenido debe ser promovido por lo no ordinario. Tiempos y libros que aún leemos para que la mano de la justicia de los tiempos no deje que ocurra jamás. De hombres que escribieron en otros tiempos y que hoy aún nos hacen reflexionar.








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