Considerando las
formas de pensar y de conducirse del venezolano en la época bolivariana y con
la intención de propiciar la lectura e inducir al conocimiento de la realidad
en campaña de pensamiento o batalla de las ideas, seleccionamos de la Sección
de Referencia General del Acervo
Histórico del Ejército Bolivariano, resguardado en la Biblioteca Manuela
Sáenz, el tomo 39 de la colección de El Cojo Ilustrado (revista quincenal
venezolana publicada entre 1892 y 1915),
impreso y encuadernado por Imprenta Sevillana. S.A (1977) y de ediciones
Emar, impreso en España; la publicación número 493. Titulada El Sombrero de Bolívar de Carlos
Borges, quien nos narra acerca de cómo fue usado y cuál era su simbolismo en
aquella época.
Carlos Borges
menciona que: “…Los triunfos de Bolívar
y San Martín devolvieron la esperanza a los veteranos bonapartistas en el café
Lemblin del Palais-Royal, los cuales enarbolaron los sombreros que llevaban el
nombre del Libertador de Venezuela. Si tanta energía animó a los compañeros del viejo Lafayette del Coronel
Fabvier, de Lord Byron si unos sobre las barricadas de Bastilla, y otros sobre
los rotos muros de la ciudades helenas, supieron inspirar un nuevo heroísmo a las
muchedumbres descorazonadas debiéronlo a la obstinada valentía de los criollos
americanos…”
Este sombrero
poseía los atributos vinculado al
heroísmo y triunfo del Libertador Simón Bolívar y quien lo usaba en aquella
época se identificaba con él, el mencionado autor los describe así:
“… Era
esté un sombrero de alas muy extensas que recordaba el vuelo del cóndor
por los libres cielos indianos; estrecho en el centro; de forma elevada
armoniosa y soberbia, como el Chimborazo coronado de tempestades; relativamente
ligero y, no obstante, fuerte, como hecho
contra el rigor de las campañas tropicales: contra los soles
implacables, las torrenciales lluvias, la furia de los vientos. La intemperie
de la llanura y la montaña; venda oportuna para el potro cerril desbocado hacia
un hondo barranco o las bayonetas enemigas; escudo contra la maraña de la selva
agresiva; almohada o tienda en el vigilante campamento…”
La información
que nos aporta Carlos Borges con respecto a quiénes lo usaban y por qué es más esclarecedora aún:
“…Los liberales
oprimidos que no pudieron emigrar a América y sumarse a los ejércitos del
Libertador, abrieron la guerra de la moda, enarbolando como bandera de protesta
el sombrero de Bolívar…”
Y en
consecuencia nos relata por quienes era usada esta prenda de vestir así:
“…Ya para 1819
el sombrero Bolívar era muy usado en
Europa sobre todo en París ¿Quién lo llevo de América? Sin duda alguno de
aquellos bravos irlandeses, ingleses y franceses que habían presenciado los
prodigios del Héroe que le habían visto en Angostura con la frente iluminada
por la visión profética de Casacoima y que más tarde deberían contribuir con su
sangre a formar la zona purpúrea de nuestra bandera nacional…”
Asimismo nos
refiere en qué lugares se usó:
“…En los salones
en los teatros, en los jardines y los parques de las capitales europeas;
arrogante en la rúa… viose por donde quiera aquel sombrero épico y gentil,
hecho al laurel y al mirto, a la metralla y
la caricia, a rendir cervices de leones y corazones de mujeres, digno de
César y don Juan: terrible como el nido del águila y a la vez propicio cesto á
las palomas de Afrodita…”.
Y afirma que
: “Las crónicas galantes de aquellos
días lo mencionan a cada paso”.
El autor
menciona que se usó este sombrero en la cabeza del poeta inglés Lord Byron
(1788-1824), del militar griego Marco Botzáris (1788-182?), del escritor y
poeta italiano Silvio Pellico (1789-1854), del tenor italiano Giovanni Battista
Rubini (1794-1854) y del poeta, dramaturgo y novelista francés Victor Marie Hugo (1802-1885), quien en su
obra cumbre Los Miserables, Tomo I, que fue auspiciada en Venezuela, por el
Ministerio de la Cultura y editada por la Fundación Editorial El Perro y la
Rana (2006) con una impresión para la
distribución Gratuita de 500.000 ejemplares, en su página 224, podemos leer lo
siguiente:
“…Era el tiempo
de las repúblicas de América meridional contra el rey de España, de Bolívar
contra Morillo. Los sombreros de alas estrechas eran realistas y se llamaban
Morillos; los Liberales llevaban sombreros de alas anchas que se llamaban
bolívares…”
Igualmente, el
escritor argentino Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo (1899-1986)
afirmó: “…la moda del sombrero Bolívar duro más de cuarenta años con intervalos
de decadencia a los que sucedían delirantes resurgimientos. Seguía la curva de
la libertad…”
Con la información histórica del sombrero de
Bolívar de Carlos Borges pretendemos
demostrar que los sombreros, esos
objetos que una persona puede ponerse y quitarse fácilmente y de forma visible
simbolizan diferentes formas de mirar la realidad, y que en tiempos de
revolución y ya por ocurrir la primera constituyente del siglo XXI, con bandos
enfrentados y la ideología como discurso de control social, se requieren
acertadas y consensuadas formas de pensar; por tal motivo, como propiciador de
la lectura, no me queda más que sugerir el método de pensar de los
Seis Sombreros para pensar (1985),
del escritor y psicólogo maltés Edward de Bono (1933), quien establece en su
obra, no discutir por discutir ante una toma de decisión tan trascendente, sino
emplear 6 vías para tomar una decisión y enfrentar el problema; por ello, extrapolando
las enseñanzas del libro a nuestra realidad se sugiere ante esta situación que vivimos hoy: 1). Neutralidad o sangre fría. 2). Pasión 3). Esperanza o buenos deseos. 4). Creatividad 5). Frialdad
y 6). Control.
Así aspiramos
crear puntos de vista enriquecidos y organizar sin máscaras, las diferentes
formas de mirar la realidad en lugar de un intercambio de agravios y
condenas, hoy ante una guerra no
convencional altamente simbólica, el Sombrero de Bolívar vuelve con sus alas de
libertad a brillar sobre las testas bolivarianas de muchos compatriotas, contra
visiones maniqueistas de la realidad y afirmando posturas libertarias.