La importancia de la palabra escrita radica en que esta trasciende y se eterniza y si un buen lector es quien la descubre, esta puede ayudar a reconstruir los hechos pasados con la fuerza de la conciencia, por eso se valora tanto el discurso escrito, con todo y los avances que existen actualmente. Mi doble convicción de Bibliotecario y Archivista me obliga a afirmar que si no está escrito e impreso eso que queremos comunicar al mundo, no trasciende y nos hacemos parte de los hostiles de la preservación de la memoria venezolana. La redacción de esta entrada esta hecha para dar importancia a la palabra escrita en la Historia Militar, de la Sección de Discursos Históricos que existe en la Biblioteca Doña Manuela Sáenz del Ejército Bolivariano recopilamos las siguientes:
PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL G/B (EJ) RAFAEL T. MEDINA ABARCA, AYUDANTE GENERAL DEL EJÉRCITO, EN OCASIÓN DE INAUGURARSE EL MONUMENTO A LOS CAÍDOS EN EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER MILITAR.
FUERTE TIUNA, 20 DE JUNIO DE 1986.
Inmediaciones del bosque José Antonio Páez. los Próceres Caracas |
A la sombra de un noble Bucare, árbol que nos recuerda a otros de su misma especie con estirpe en las páginas de nuestra historia, en esta Avenida de los Próceres, campo de Marte de nuestra institución, y teniendo al frente el Patio de Honor donde se unen en conjunción fraterna esos focos de luz, que son la Academia Militar de Venezuela y la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación, templos del saber militar, graneros de los cuadros de mando y escenarios de grandes acontecimientos institucionales, estamos aquí acompañados de oficiales Generales, Superiores y subalternos, Sub-oficiales Profesionales de Carrera, Tropas y Personal Civil, para rendir un acto de justicia a todos los soldados caídos en el cumplimiento del deber, entre los presentes se encuentran familiares de esos insignes ciudadanos a quienes hoy les tributamos merecido homenaje por sus acciones heroicas libradas a través de veinticuatro años en aras de la Soberanía Nacional.
Años cruciales para la humanidad y la paz mundial, la década de 1960, de ese torbellino era difícil esperar que un país mirado por la codicia del extremismo pudiera escapar de la Guerra Subversiva, gracias a ciudadanos como estos, y a la respuesta digna de nuestro pueblo, eso no fue posible.
En aquellos tiempos terminaba una larga dictadura, que había alterado la normal evolución de las instituciones, y una nueva vida democrática empezaba a nacer, parte preciosa de nuestra juventud se deja deslumbrar por la ebullición y la algarabía de una revolución foránea, surgida por causas extrañas a la situación Nacional y conducida por hombres de formación diferente a la del gentilicio venezolano, a un pueblo como el nuestro amante de las causas justas como ha demostrado a través de la historia.
Por la misma razón de haberse interrumpido el desarrollo regular de las instituciones, la juventud, desorientada, inmadura cívicamente, fue presa inocente de ideólogos a su vez llenos de fantasías, quienes al correr del tiempo se han convencido que para alcanzar objetivos de poder deben conquistarlos en buena lid, al amparo de las garantías y derechos ciudadanos y en obediencia incondicional a los dictados de la constitución y las leyes de la República.
Nos duele, como venezolanos, como padres de familia, y como formadores de juventudes, recordar la muerte prematura, inútil y absurda de muchos compatriotas adolescentes llevados a las montañas y a las calles urbanas por las manos del error, recordamos también la irrupción de compañeros de armas que abjurando de su credo venezolanista y de la solemne promesa de defender la Bandera y las instituciones republicanas, hicieron armas contra el Estado de Derecho, pero la vida y la salud de los Oficiales, Sub-oficiales Profesionales de Carrera y soldados caídos en actos de heroica lealtad, al acudir firma y decididamente al llamado de la patria, en aras de la estabilidad y vigencia del régimen elegido por suprema voluntad popular, son vida y salud de nuestro pueblo, son jirones de nuestro propio ser como soldados y sus nombres constituyen nuevos símbolos para los oficiales, suboficiales profesionales de carrera y soldados de hoy.
El monumento ya develado, previsto entre las directrices de exaltación patriótica, insertas en la Guía de Planeamiento del Señor Comandante General del Ejército, General de División José Humberto Vivas, contiene en su lado izquierdo los nombres de los oficiales, Sub-oficiales profesionales de carrera y soldados fallecidos en cumplimiento del deber.
Nótese como fue sustraído el escudo del Ministerio |
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