A los fines de seguir propiciando
la lectura y bajo la premisa de “ideas para leer y hacer” desde la perspectiva referente a la lectura de
la realidad, seleccionamos de nuestro acervo bibliográfico de la Biblioteca
Manuela Sáenz un texto para aficionados que pudiese ser considerada como guía de
ejercitar la habilidad para el reconocimiento visual, actividad que permite bien de forma individual o colectiva se haga uso del
tiempo libre como actividad placentera; razones para de forma amena podamos
generar conocimiento útil. Estimado lector hacemos esta sugerencia y propuesta desde la óptica del que le interesa la lectura
en tiempo libre y recreativo más allá de una imposición académica o meramente
científica, sea usted protagonista de su observación a través de este libro.
La obra Cien de las más conocidas aves venezolanas posee la autoría de
Kathy de Phelps. Este libro fue auspiciado por la Fundación Avensa con
propiedad intelectual registrada desde 1954. Publicado como cuarta edición impresa en
Venezuela por los Talleres de Gráficas Armitano en abril de 1999. Su contenido está desarrollado en 103 páginas,
con preámbulo de Ana María Abalo de Boulton ilustrada con 70 láminas en color
Este material es considerado por
su contenido de orden didáctico para aprender
de forma provechosa a ser buen observador y a tomar apuntes cuidadosos que pudiesen tener valor
científico en la labor de identificar
nuestra variada avifauna venezolana. Su
contenido esta mejor esbozado por su autora en uno de los objetivos de esta
publicación “…es que usted al estudiar y observar los pájaros llegue a
quererlos y por lo tanto colabore en su protección…”.
La conservación de la avifauna siempre será un tema ineludible
materia de defensa nacional. Es imperativo
tener la conciencia del deber y derecho
de estas generaciones y las futuras en la sostenida actividad de proteger y
mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. La reseña y recomendación
de este libro nos ha permitido dejar ver como la participación activa desde “leer
y hacer” puede considerarse una forma creativa más de llevar a la acción el capítulo IX De los Derechos Ambientales, que desde el
articulo 127 al 129 consagra nuestra carta magna vigente. Ya como lector
simplemente sugiero el beneficio que
pudiese ocurrir ejercitando la actividad de observar de forma participativa y protagónica
nuestra avifauna con los recursos y ventajas que permiten las nuevas tecnologías
en razón de que nuestro cerebro es visual y la fotografía de cámaras incorporadas
del teléfono móvil contribuye a democratizar el conocimiento acerca de nuestros
pájaros y el entorno; o para pensar como ambicioso tecnólogo (empezar a desarrollar aplicaciones móviles bajo software libre para
el reconocimiento de la avifauna venezolana).
CARO 15 de enero de 2020